sábado, 25 de abril de 2009

NINGUNA LOCURA ES MAGISTRAL


Domingo 26 de abril de 2009

" Ninguna locura es magistral, es decir, ninguna locura puede dejar ninguna enseñanza".

Nº49 de "Aforismos y decires 1958-2008"
de Miguel Oscar Menassa
Editorial Grupo Cero

Versión francesa:

" Aucune folie n'est magistrale, c'est-à-dire, aucune folie ne peut laisser aucun enseignement".

Cuadro: "Indio Gris" de MOM
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sábado, 18 de abril de 2009

TENGO QUE DECIDIRME A TOMAR ALGO DEL MUNDO



Domingo 18 de abril de 2009

" Tengo que decidirme a tomar algo del mundo. Con todo el mundo nadie se puede quedar".

Nº48 de "Aforismos y decires 1958-2008"
de Miguel Oscar Menassa
Editorial Grupo Cero

Versión francesa:

" Je dois me décider à prendre quelque chose du monde. Personne ne peut garder pour soi le monde entier"

"" cuadro de MOM: "Amor de superficie"
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sábado, 11 de abril de 2009

EL VERDADERO VIAJE


¡Cuidado! ¡Cuidado!
estamos a punto de naufragar.
Os habéis creído,
que en trasatlántico poderoso navegábamos
y sin embargo os digo:
mi vida es una pequeña balsa enamorada.
Veo surgir, es cierto, entre las sombras,
una luz que nadie apagará.
Formada de versos y perfumes como vientos insondables,
como una catarata de carne abandonada,
que por fin encuentra su reinado.
Reinado de nubes,
de antiguas fragancias y de fragancias inconcebibles.
Pequeñas balsas enamoradas siempre a punto de naufragar.
Por ahora, toda pasión será remar,
hasta alcanzar el poema en ese movimiento.
Después, algún día, tendréis,
en vuestra pequeña balsa enamorada vuestros grandes amores.
Remad, hasta quedar sin fuerzas y ahí, comprenderéis el motivo de mi pasión.
Iremos por los más bellos ríos y con el tiempo,
nos animaremos a los grandes océanos,
a la belleza de las borrascas plenas en el mar
y siempre, iremos temerosos de desaparecer,
pequeños, en esa inmensidad que nos rodea.
Saber nadar o ser grandiosos, no servirá de nada,
para llegar, tendremos que mantener la balsa a flote
y nosotros mantenernos encima de la balsa.
Eso, todo el misterio.
Un día la balsa se partirá en mil fragmentos
y cada uno,
tendrá que aprender a sostenerse en pequeños maderos.
Si es posible el poema es posible la vida.
Remad, agonizad remando,
hasta sentir que solo es imposible.
Quedad sin fuerzas,
mirad cómo otros reman y yo mismo remo,
con las manos ensangrentadas por el esfuerzo,
sin descansar, hasta encontrar en ese movimiento el poema.
Y cada uno tendrá su pequeña balsa enamorada.
Dueño de su vida y de su muerte,
puede tenderse en la balsa para siempre,
no remar más y dejar que las aguas lo lleven por doquier.
Y algún otro, remando desesperadamente, al verlo,
escribirá un poema.
Remar en cualquier dirección tampoco sirve.
La tierra que promete la poesía siempre es la misma.
Se llega o no se llega.
Ella necesita reyes, centauros,
sólo se deja sembrar por revolucionarios y fanáticos,
por hombres que en su tierra,
construyen su casa y su familia, sus grandes ilusiones.
El que repita lo hecho jamás la encontrará.
Remad para llegar a esa tierra como nadie ha remado
y os serán ofrecidos a vuestra llegada,
manjares que no fueron ofrecidos a nadie.
Y en las noches de desilusión,
cuando nada es posible en esa oscuridad,
pedid a los mayores que os cuenten,
de los grandes navegantes, sus antiguas hazañas,
en pequeños barquitos de papel.
Cada trecho recorrido tendrá sus peligros.
Nada será fácil para el poeta.
Vendrá el amor y habrá que enamorarse,
hasta sentir en la carne el último dolor.
Y al llegar a ese lugar,
habrá que enamorarse todavía más,
hasta sentir que la carne temblando es un poema.
Y así llegará la inolvidable noche, el día,
donde por un instante esa pasión será la poesía.
Frente a la duda no dejar de remar.
Tomar en nuestros brazos,
fortalecidos como garras por la crueldad del ejercicio,
a la persona amada y seguir remando,
si es necesario con los dientes.
Con el tiempo ella, también, hará ejercicio con nosotros.
Después de a dos, de a tres, de a todos,
rota la inmensidad de lo único,
vendrá la muerte.
Y no valdrá ninguna valentía,
porque ella se jacta de haber matado,
a todos los valientes en el primer encuentro.
Y tampoco valdrá ninguna cobardía,
porque ella mata todo lo que huye.
Para encontrarse con la muerte, se necesita,
haber aprendido algo del amor:
Ni huir. Ni arremeter contra nada.
Aprender a conversar tranquilamente,eso enseña el amor.
Cuando ella se acerque y venga por nosotros,

con su mirada inmensa como ella misma es inmensa,
dejarla acercar hasta que escuche,
nuestra respiración entrecortada por el encuentro.
Y ella, enternecida como es su costumbre,
nos tenderá la mano,
para que acompañemos a vuestra majestad,
al inmutable reino del silencio.
Ahí, cuando entregarse es lo más fácil, mirarla,
-en los ojos la inmensidad que le pertenece-
y decirle entre dientes:
Amada muerte, mi enamorada,
escribiré tu nombre en todas las paredes,
besaré sin temor tus labios,
como nunca ningún hombre lo ha hecho y te amaré,
verás, entre la sangre,
en las grandes catástrofes y también, te amaré,
cuando un blanco capullo reine en tu corazón.
La gran emoción que recorre su gran manto negro,
por encontrarse de golpe en un poema,
hace de la muerte una mujer.
Ella también terminará remando tranquilamente hasta la orilla
y compartirá mi pan y mis amores
y volará por las noches para cobijar en su seno,
a los que ya dejaron de remar y volverá,
para encontrarse conmigo y contarme sus hazañas.
Como si cada vez fuera la primera,
volveré a respirar como respiran los atletas
y por haberlo aprendido de ella,
la miraré enternecidoy le diré:
Mi muerte enamorada y ella,
será feliz.
Después hay que seguir remando.

Ya nos preguntarán y nosotros diremos:

hemos estado con el amor

y hemos estado, también, con la muerte.
Al principio no nos creerán,
dirán que para el hombre es imposible.
Nos pedirán pruebas,
nosotros les mostraremos como si les mostrásemos el cielo,
algunos poemas y conseguiremos con ese gesto,
que llegue hasta nosotros el tiempo de la burla.
Grandes embarcaciones que nada buscan,
-porque creen tener-pasarán una y otra vez a nuestro lado,
tratando de hundir con sus juegos,
nuestra pequeña balsa enamorada.
Nos llamarán desde sus lujosas embarcaciones,

con los nombres con los que se nombran los desperdicios.
Poetas. Locos. Asesinos.
Y en la algarabía estúpida de sus juegos,
todo será posible.
Nos tirarán algunas piedras
y se dirán,
nada los ofende y enfurecidos,
nos gritarán: Pelead ¡cobardes! defendeos.
Y después de mil veces y otras mil,
con los ojos desorbitados por el cansancio
y también por la sorpresa de ver,
nuestra pequeña balsa enamorada siguiendo su camino
y nosotros, tranquilamente, sobre ella, remando.
Después de haber atravesado ilesos el camino de la burla,
vendrá, os aseguro, el tiempo del oro.
Ellos, aburridos de sus propias risas,
querrán jugar a nuestro juego.
¿Cuánto cuesta esa madera a punto de pudrirse
que usáis de embarcación? y ¿cuánto vuestra vida?
¿cuánto esas viejas cartas de navegación?
y ¿cuánto esos poemas?
Cuestan, señor, lo que le cuesta a un hombre,
dejar de pertenecerse y entregarse al poema.
¿cuánto dinero cuesta eso?
Todo y ninguno.
tal vez su propia vida, acaso.
¿cuánto dinero cuesta mi vida, entonces?
Todo y ninguno. Su vida son palabras como todas las vida
y eso, tengo entendido, vale nada.

y ¿cuánto dinero cuesta pensar así?
Todo y ninguno. Más bien hay que sumergirse,
remar y no esperar nada.
Eso cuesta.
Sumergirse y no esperar nada, en las tinieblas,
hacia otra oscuridad mayor, el poema.
Una vez enamorados el amor y la muerte
y rechazados el oro y la burla por impuros,
vendrá y de ninguna parte,
-porque ella vivió siempre en nosotros-la locura.
El peor de todos los estrechos,
surge imprevista,
por ser ley de su destino, la sorpresa.
Y no viene por ninguna pelea,
porque trae el deseo de trabar amistad con el poeta.
Y cuando llega nos dice entre susurros,
que su mundo y el mundo de la poesía,
son el mismo mundo.
Frente a la duda hay que seguir remando.
Informe, se deja moldear por nuestras palabras,
y al tiempo ella, también, tiene su grandeza.
Yo soy del amor, nos dice, ese desenfreno
y la pasión eterna de la muerte.
Tengo por costumbre despreciar el oro,
y sin embargo,
las ansias por matar que generan sus leyes,
están intoxicadas de locura.
Ahí, ella y la poesía se parecen.
A instantes de juntarse en nuestra mirada,
como si fuesen una sola cosa,
la poesía, vieja loba de mar,
rema un trecho con nosotros para mostrarnos,
que la locura, desde que llegó,
permanece en el mismo rincón de la pequeña balsa,
sin remar, recordando todo el tiempo su pasado.
Contentos de haber comprendido la diferencia,
encerramos a la locura en un poema
y seguimos remando hasta que un día,
convencidos de su torpeza para la navegación,
se la entregamos al amor y a la muerte,
para que la locura, aprenda a volar.

Miguel Menassa

Cuadro:
"Cataratas marinas" de MOM
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EL VERDADERO VIAJE

EL VERDADERO VIAJE. PRIMERA PARTE



EL VERDADERO VIAJE. SEGUNDA PARTE

viernes, 10 de abril de 2009

EL VERDADERO VIAJE


Attention! Attention!
nous sommes sur le point de sombrer.

Vous avez cru,
que nous naviguions
sur un puissant transatlantique
et cependant je vous le dis:
ma vie
est un petit radeau amoureux.

Je vois surgir entre les ombres
une lumière que personne n’éteindra.
Formée de vers et de parfums
comme des vents insondables
comme une cataracte de chair
abandonnée
qui enfin
trouve son royaume.

Royaume de nuages,
d’antiques parfums
et de parfums inconcevables.
Petits radeaux amoureux
toujours sur le point de sombrer.

Pour l’instant
ramer sera la seule passion
jusqu’à atteindre le poème
en ce mouvement.

Ramez jusqu’à rester sans forces et, là,
vous comprendrez le motif de ma passion.

Nous irons sur les plus beaux fleuves
et avec le temps
nous oserons les grands océans
la beauté des pleines bourrasques en mer
et nous craindrons toujours de disparaître,
petits, dans cette immensité qui nous entoure.

Savoir nager ou être grandioses
ne servira à rien
pour arriver
nous devrons maintenir
le radeau à flot
et nous, nous maintenir
sur le radeau.
Voilà
tout le mystère.

Un jour le radeau se brisera
en mille fragments
et chacun
devra apprendre
à se maintenir sur des morceaux de bois.

Si le poème est possible, possible est la vie.

Ramez,
agonisez en ramant
jusqu’à sentir que seul
c’est impossible.
Restez sans forces.
Regardez comme d’autres rament
et comme je rame moi-même
les mains
ensanglantées par l’effort
sans repos,
jusqu’à trouver dans ce mouvement
le poème.

Et chacun aura son petit radeau
amoureux.
Maître de sa vie et de sa mort
il peut s’étendre sur le radeau
pour toujours
ne plus ramer
et laisser les eaux
l’emporter n’importe où.

Et un autre ramant
désespérément
en le voyant
écrira un poème.

Ramer dans n’importe quelle direction ne sert pas non plus.

La terre que promet
la poésie
est toujours la même.
On y arrive ou l’on n’y arrive pas.
Elle a besoin de rois
de centaures
elle ne se laisse ensemencer
que par des révolutionnaires et des fanatiques
par des hommes qui sur sa terre
construisent leur maison et leur famille
leurs grandes illusions.

Celui qui répète ce qui est fait ne la trouvera jamais.

Ramez
pour arriver à cette terre
comme personne n’a ramé
et il vous sera offert
à votre arrivée
des mets qui n’ont jamais été
offerts à personne.

Et dans les nuits de désillusion,
quand rien n’est possible
dans cette obscurité
demandez aux plus vieux
qu’ils vous racontent
des grands navigateurs
leurs anciennes prouesses
dans de petits bateaux en papier.

Chaque étape parcourue
aura ses dangers.
Rien ne sera facile pour le poète.

Viendra l’amour et il faudra s’éprendre

jusqu’à sentir que la chair
tremblante est un poème.
Et ainsi arrivera
l’inoubliable nuit,
où pour un instant,
cette passion sera la poésie.

Face au doute ne pas cesser de ramer.

Prendre dans nos bras,
fortifiés comme des griffes
par la cruauté de l’exercice,
la personne aimée
et continuer à ramer
avec les dents s’il le faut.
Avec le temps elle, aussi,
ramera avec nous.

Ensuite, à deux, à trois,
entre tous,
une fois rompue l’immensité de l’unique
la mort viendra.
Et avoir du courage ne servira à rien
parce qu’elle se vante
d’avoir tué
tous les braves
à la première rencontre.
Et être lâche non plus
parce qu’elle tue tout ce qui fuit.

Pour rencontrer la mort
il faut
avoir appris quelque chose de l’amour:
Ni fuir. Ni s’en prendre à rien.
Apprendre à parler tranquillement
c’est ce qu’enseigne l’amour.

Quand elle s’approchera
et elle viendra nous chercher
avec son regard immense
comme elle-même est immense
la laisser s’approcher
jusqu’à ce qu’elle entende
notre respiration
entrecoupée par la rencontre.
Et elle, attendrie
comme à son habitude
nous tendra la main
pour que nous accompagnions
votre majesté
à l’immutable
règne du silence.


quand s’abandonner
est le plus facile
la regarder
dans les yeux
l’immensité
qui lui appartient
et lui dire sourdement:
Mort aimée
mon amoureuse
j’écrirai ton nom
sur tous les murs
j’embrasserai
sans crainte tes lèvres
comme jamais
aucun homme ne l’a fait
et je t’aimerai tu verras
parmi le sang,
dans les grandes catastrophes
et je t’aimerai aussi
quand un blanc bourgeon
règnera sur ton cœur.

La grande émotion
qui parcourt sa cape noire
en se retrouvant dans un poème
fait de la mort une femme.
Elle aussi finira par ramer
tranquillement jusqu’à la rive
et elle partagera mon pain et mes amours
et elle volera durant les nuits
pour abriter en son sein,
ceux qui ont cessé de ramer
et elle reviendra
pour me rencontrer
et me raconter ses prouesses.

Comme si chaque fois
était la première
je recommencerai à respirer
comme respirent les athlètes
et pour l’avoir appris d’elle
je la regarderai attendri et je lui dirai:

Ma mort amoureuse
et elle
sera heureuse.

Ensuite il faut continuer à ramer.

Alors, ils nous questionneront
et nous dirons:
nous avons été avec l’amour
et nous avons été, aussi,
avec la mort.
Au début ils ne nous croiront pas
ils diront que pour l’homme
c’est impossible.
Ils nous demanderont des preuves
nous, nous leurs montrerons
comme si c’était le ciel
quelques poèmes
et nous réussiront par ce geste
qu’arrive jusqu’à nous
le temps de la moquerie.

De grandes embarcations qui ne cherchent rien
parce qu’elles croient avoir
passeront une fois et une fois encore près de nous
en essayant de couler avec leurs jeux
notre petit radeau amoureux.

Ils nous appelleront
de leurs luxueuses embarcations,
des noms
dont on nomme les déchets.
Poètes. Fous. Assassins.
Et dans le brouhaha stupide de leurs jeux
tout sera possible.
Ils nous jetteront quelques pierres
et ils se diront
rien ne les offense et furieux
ils nous crieront:
Battez-vous, lâches! Défendez-vous.

Et après mille et mille fois encore
les yeux exorbités
par la fatigue
et aussi par la surprise de voir
notre petit radeau amoureux
suivant son chemin
et nous,
ramant tranquillement.

Après avoir traversé
sains et saufs le chemin de la moquerie
viendra je vous l’assure
le temps de l’or.

Lassés de leurs propres rires
ils voudront jouer à notre jeu.
Combien coûte cette planche
presque pourrie
que vous utilisez comme embarcation?
Et combien votre vie?
Combien ces vieilles cartes
de navigation
et combien ces poèmes?

Ils coûtent, monsieur,
ce que coûte à un homme,
cesser de s’appartenir
et s’abandonner au poème.

Combien d’argent cela coûte-t-il?

Tout et aucun
votre propre vie peut-être.

Combien d’argent coûte
alors ma vie?

Tout et aucun.
Votre vie ce sont des paroles
comme toutes les vies
et , cela, si j’ai bien compris,
ne vaut rien.

Et combien d’argent coûte penser ainsi?

Tout et aucun.
Il faut se plonger
ramer et ne rien attendre.

Voilà ce que ça coûte.
Se plonger et ne rien attendre
dans les ténèbres,
vers une autre obscurité plus grande
le poème.

Une fois amoureux
l’amour et la mort
et rejetés l’or
et la moquerie considérés impurs
viendra et de nulle part
parce qu’elle
a toujours vécu avec nous
la folie.

Le pire de tous les détroits.
Elle surgit imprévue,
la surprise
étant la loi de son destin
et elle ne vient pour aucune lutte
parce qu’elle amène le désir
de se lier d’amitié avec le poète.

Et quand elle arrive
elle nous dit entre murmures
que son monde
et le monde de la poésie
sont le même monde.

Face au doute il faut continuer à ramer.

Difforme elle se laisse modeler
par nos paroles
tandis qu’elle a
aussi sa grandeur

Je suis de l’amour, nous dit-elle,
ce déchaînement
et la passion
éternelle de la mort.

J’ai pour habitude
de mépriser l’or
et cependant
l’ardent désir de tuer
qu’engendrent ses lois
est intoxiqué de folie.

Là, elle et la poésie se ressemblent.

Au moment de se rejoindre
dans notre regard,
comme si elles étaient une seule chose
la poésie, vieille louve de mer,
rame un moment avec nous
pour nous montrer
que la folie depuis qu’elle est arrivée
reste dans le même coin
du petit radeau,
sans ramer
se rappelant tout le temps
son passé.

Contents
d’avoir compris
la différence
nous enfermons la folie
dans un poème
et nous continuons à ramer
jusqu’à ce qu’un jour
convaincus de sa maladresse
pour la navigation
nous l’abandonnions
à l’amour et à la mort
pour que la folie
apprenne à voler.


MIGUEL OSCAR MENASSA
LA POESIA Y YO- Poemas del exilio-2000
aux Éditions GRUPO CERO

traduit de l’espagnol par:

Claire Deloupy

avec la collaboration de:

Clémence Loonis

Cuadro:

" Gruta del caminante" de MOM

www.momgallery

LA GUERRA NO TIENE VÍCTIMAS HUMANAS


Viernes 10 de abril de 2009

" La guerra no tiene víctimas humanas, aunque se cuenten por milliones; lo que cae en una guerra son libros, páginas escritas, pensamientos".

Nº47 de "Aforismos y decires 1958-2008"
de Miguel Oscar Menassa

Editorial Grupo Cero

Versión francesa:

" La guerre n'a pas de victimes humaines, même si on les compte par millions; ce qui tombe dans une guerre ce sont des livres, des pages écrites, des pensées."

"Trabajos nocturnos" cuadro de MOM
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miércoles, 8 de abril de 2009

SI PUEDO "ESO NO", EL RESTO ES RELATIVAMENTE FÁCIL:

¿AFORISMO O DECIR?

" Si puedo "eso no", el resto es relativamente fácil. No fue ningún dolor, fue una luz. Un camino vulgar, una luz sencilla".

Nº46 de "Aforismos y decires 1958-2008"
de Miguel Oscar Menassa

Editorial Grupo Cero


Versión francesa:

"Si je peux "ça non", le reste est relativement facile. Ce ne fut aucune douleur, ce fut une lumière. Un chemin vulgaire, une lumière simple ."

Cuadro de MOM:
"Para seguir viajando"
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